Por extraño que nos pueda parecer, nuestras bodegas y viticultores también planifican sus campañas y deben disponer de una información actualizada y veraz con la que poder hacerlo. Especialmente en momentos tan decisivos como los inicios de campaña en los que las decisiones de volúmenes de compra y precios a los que hacerlo, tanto de uvas como mostos, e incluso vinos a medio plazo, representan un punto de difícil retorno que marcará el resto de temporada.
Conocer bien las disponibilidades con las que se vaya a contar es el primer dato con el que hay que trabajar, si se quieren hacer las cosas bien. Lamentablemente el Ministerio hace ya varios años renunció a aportar esta información de estimación de cosecha y, escudándose en los datos que facilita del Infovi, ha eludido la parte de responsabilidad que en ese aspecto le compete. Afortunadamente no es así en todas las organizaciones, las cuales siguen haciendo públicas sus estimaciones de cosecha que, con mayor o menor grado de intencionalidad, porque también aquí hay que reconocer que los datos deben tomarse con cierta dosis de prudencia, sirven para que los operadores dispongan de una visión general bastante cercana a la realidad. De hecho, hoy, prácticamente las diferencias entre unas estimaciones y otras no existen más allá del momento en el que se han hecho públicas, pues con un margen de dos millones de hectolitros arriba o abajo podríamos decir que se encuentran todas en la misma horquilla.
Caso distinto son las existencias de inicio de campaña, la otra gran partida con la que conocer las disponibilidades del sector vitivinícola. Información que gracias al Infovi está disponible mucho antes de lo que era habitual cuando la tenía que hacer pública el MAPA y que nos ha permitido conocer con total exactitud que España inició la campaña 2019/20 con un veintinueve por ciento más de vino y mosto sin concentrar que lo hizo la pasada, e incluso la distribución por categorías y regiones de esos 38.846.179 hectolitros de stock.