Si yo les dijera que la tasa de inflación en enero se ha elevado hasta el 3% interanual, según los datos adelantados; muchos me dirían que es una mala noticia. Después de tantos años con tasas de inflación muy bajas o incluso negativas, enfrentarnos a un crecimiento en los precios parece que acabará redundando en nuestra riqueza. Especialmente cuando han sido los productos agrarios, petrolíferos y energía, los causantes de ese incremento (la inflación subyacente apenas el 1%).
Si en lugar de hablar de precios, hablásemos de gasto, y les dijera que el gran consumo en los hogares durante 2016 ha descendido el 1,6% en volumen y el 1,2% en valor (también aquí han subido los precios) según los datos de la consultora Kantar Worldpanel (los ofrecidos por del Mapama en su panel de consumo en el hogar andan por septiembre), seguramente también me dirían que es una mala noticia.
Y, por supuesto, cuando les comente que en noviembre nuestras exportaciones de vino, mosto y vinagre han disminuido un 9,5% en tasa interanual en cuanto a la cantidad y un 0,8% en valor. También me dirán que es una mala noticia para un sector en el que la cosecha ha estado muy por encima de lo previsto y cuya única opción para el sector de darle salida es a través de la exportación.
Hasta es muy posible que un dato positivo, aparentemente, como puede ser que hayamos exportado un 12,5% más en volumen, hasta superar los ochenta y cuatro millones de litros y lo hayamos hecho a un precio medio de 3,42 €/litro, rozando los doscientos ochenta y ocho millones de euros a Estados Unidos, de enero a noviembre. A alguno de ustedes pudiera parecerle una mala noticia, viendo el cariz que están tomando las cosas en ese país con la llegada de Donald Trump a la presidencia y la “poca” simpatía que parece estar demostrándole a la Unión Europea.
Pues bien, sin ánimo de ser un imprudente y dejar de reconocer que todas estas noticias tienen algún aspecto sobre el que hay que estar vigilante, dadas las malas consecuencias que pueden acarrearnos. Todas ellas son excelentes noticias.
La última y más relacionada con nuestro sector, porque el gran esfuerzo que han realizado nuestras bodegas y Consejos Reguladores por abrirse un hueco en el primer país del mundo en consumo de vino van dando sus frutos. Como lo demuestra el alto precio medio al que les vendemos (solo superado por los 4,28 €/l de Suiza), que un tercio de lo exportado sean vinos con denominación de origen o que solo un cinco por ciento lo sea de vinos sin indicación de origen y a granel. Que Trump puede endurecer el comercio con la Unión Europea es una amenaza cierta. Pero si seguimos vendiendo vinos de gran calidad e identificados, sus efectos difícilmente se harán notar. Es más, incluso puede que salgamos beneficiados.
En cuanto al global de la exportaciones, convendría aclarar que han sido los vinos a granel los que han sufrido la mayor parte de la pérdida de volumen interanual (-9,4%) y dentro de estos los que no exhiben ni D.O.P./I.G.P., ni variedad (-14,5%). Por lo tanto estamos consiguiendo lo que buscábamos, cambiar el mix de nuestras exportaciones de “vinos baratos” hacia aquellos de mayor valor añadido.
Pero es que si en lugar de ocuparnos de las noticias más directamente relacionadas con el sector, como son sus exportaciones, lo hacemos de las generales como pudieran ser el consumo en los hogares o la inflación; también estas son buenas noticias. La bajada del consumo doméstico porque se produce al haber aumentado el consumo fuera de los hogares. Lo que es bueno para que la economía se recupere, ya que supone una mayor circulación de la renta. Y la inflación porque si no existe, el consumo se retrae, y tasas moderadas son imprescindibles para que una economía crezca.