Dicen los “viejos del lugar” que hasta San Isidro (15 de mayo) las heladas son un accidente meteorológico a considerar. El problema de este año es que su presencia podría generar un mayor daño del que sería “normal” dado el adelanto presentado por algunas viñas como consecuencia del calor. Como así parece haber sido en la provincia de Álava y La Rioja Alta, así como en Nájera y Entrena de la zona sureste, lugares en los que, según datos facilitados por Agroseguro, la madrugada del 6 de mayo se produjeron episodios que rondaron los -2’5ºC, viéndose afectadas unas cuatro mil hectáreas de viñedo. De esta cantidad cerca de la mitad ya habían presentado el día 10 sus correspondientes declaraciones de siniestro.
No obstante, es importante recordar que estos episodios ya tuvieron lugar durante las campañas 2017 y 2018 en las que se vieron afectadas cerca de veinticuatro mil hectáreas que dieron lugar a indemnizaciones cercanas a los 24 millones de euros en el 2017 y diez millones en la pasada 2018.
Volumen que como puede comprobarse no puede considerarse como representativo de un sector que abarca más de novecientas cincuenta mil hectáreas y produce cerca de siete millones de kilos de uva. Lo que no es óbice para que diferentes organizaciones agrarias denuncien las subidas de prima pretendidas para para la próxima contratación (diciembre 2019) por Agroseguro y que podría suponer hasta un cuarenta por ciento de aumento. Esgrimiendo como justificación, precisamente, la alta siniestralidad de los últimos años de Castilla y León, La Rioja y El País Vasco.
Uvas con las que elaboran vinos de perfiles muy diferentes y que intentan acoplarse lo máximo posible a las tendencias de los mercados. En los que actualmente una acidez bien marcada, como identificativo de frescura, domina claramente las preferencias. Característica que según recientes estudios de mercado no concuerda mucho con el perfil-patrón de la mayoría de los vinos españoles.
Con el fin de encontrar soluciones tecnológicas y promover el desarrollo de nuevos conocimientos, el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial está desarrollando el proyecto “FreshWines” que se basará en estrategias vitícolas ecológicas en el viñedo y biotecnológicas en bodega que ayuden a mejorar la maduración de la uva y desarrollar nuevos vinos con perfiles acordes a la actual demanda internacional.
Confiemos en que entre unas cosas y otras, nuestros viticultores tengan la posibilidad de hacer rentable su actividad y permitan desarrollar una verdadera cadena de valor que permita aumentar el mix de nuestros productos.