Llegan los momentos de ir planteando las nuevas plantillas con las que negociar y son muchas las dudas que surgen. No sólo en las bodegas, que han visto crecer el coste de sus insumos de manera desproporcionada; no así los precios de la materia prima (uva) que se ha visto, en términos generales y con notables excepciones en variedades blancas o destinadas a la elaboración de cava, muy contenidas. Sino también en la gran distribución, nacional e internacional, que se enfrenta a una importante pérdida del poder adquisitivo de sus clientes, lo que les obliga a ser muy cautelosos en la subida de los precios, especialmente en aquellos productos que no son de primera necesidad, como es el caso del vino.
Y es que, el consumo mundial disminuye y cada vez son más los operadores que se disputan esas botellas. Antes Francia e Italia copaban el comercio global, después llegó España y ahora, Australia, Chile o Estados Unidos compiten por introducir sus vinos; con visiones y reglas muy diferentes. La competencia es voraz y las consecuencias están haciéndose notar fuertemente.
Entre las medidas adoptadas por la Comisión Europea para afrontar esta situación, cabe destacar, por lo relevante de la zona y el argumento dado en su justificación (razones sanitarias), la autorización que hizo el pasado viernes 4 de noviembre al régimen de ayudas estatales francesas. 30 millones de euros, hasta 6.000 euros por hectárea de viñedo en producción, para compensar el arranque definitivo de viñas en la región de Burdeos. Medida que estará en vigor hasta 31 de diciembre de 2025 y cuyo objetivo es indemnizar a los propietarios de viñas que estén cerca de la edad de jubilación o lleven a cabo un plan de reconversión profesional para la eliminación de manera voluntaria y definitiva de la capacidad de producción de sus parcelas, mediante el arranque de cepas. A fin de reducir la densidad del viñedo para luchar mejor contra la propagación de la “flavescencia dorada”.
Volviendo al ámbito nacional, destacar el diferente comportamiento mostrado en el precio de la tierra del viñedo de uva de vinificación atendiendo a si es secano o regadío. Mientras la de regadío ha crecido un 2,40% hasta situarse en los 22.623 €. La hectárea de viñedo en secano apenas ha aumentado 56 euros por hectárea (+0,39%), pasando de los 14.309 de 2021 a los 14.365 del 2022. Con crecimientos destacados en el País Vasco (+8,0%), Murcia (+5,0%) o Galicia (+4,5%); y pérdidas como la de Madrid (-9,2%), Cataluña (-3,8%) y Andalucía (-2,8%).