Del mismo modo que más pronto que tarde la situación de paralización que vive el mercado de vino a granel, el de volumen, el de reposición de existencias en las bodegas, el de almacenaje; así como el de las exportaciones y comercialización en el mercado interior, tendría su reflejo en las fuentes estadísticas del Infovi y los informes de exportación (como antes lo tuvieron en las cotizaciones semanales de los vinos, mostos y derivados); y acabará dando paso a una reactivación de la actividad comercial y recuperación de precios. Era cuestión de tiempo que alguna bodega fuera tomada como rehén para acusarla de discriminación.
Encima Wines de Molinaseca (León) ha sido la elegida, siendo acusada por el Instituto de la Mujer, dependiente del Ministerio de Igualdad que dirige Irene Montero, de “cosificación femenina”. Su acusación: sexualizar la imagen de la mujer con fines promocionales. Instándole a retirar una valla publicitaria que tienen en el acceso a la bodega. Imagen que se trata de una obra pictórica que Josep Moscardó creó en 2008 para la bodega, con la que pretendía reflejar “el mar Mediterráneo, la playa y el demasiado corazón”. Nombre del vino para el que fue encargada esta obra, con la que ha ilustrado su etiqueta desde la cosecha 2009 en la que salió al mercado, hasta la 2019, que ha sido la última en ver la luz. Finalmente, el Instituto de la Mujer parece que ha rectificado, al entender que su requerimiento era “desproporcionado”.
Ataque que se une a los anteriormente realizados por otros ministerios y que iban encaminados a demonizar el consumo del vino, sacándolo de la pirámide nutricional y poniendo el foco en su contenido alcohólico. O a los intentos de algunos parlamentarios europeos, como el que protagonizaron con la publicación del Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer y la utilización de imágenes que desincentivaran el consumo de alcohol, cualquier tipo de alcohol, similares a las que aparecen en las cajetillas de tabaco. O a la utilización del etiquetado nutricional Nutri-score para bebidas alcohólicas y la creación de la categoría Negra F para cualquier bebida con contenido superior a 1’2% vol. alc.
Muchas iniciativas que tienen su foco en el Vino y que buscan la reducción de su consumo y, consecuentemente, la desaparición de muchas hectáreas de viñedo y el cierre de bodegas.
Que esta situación no sea exclusiva nuestra y que el francés Colectivo de Viticultores del 33 (en la Gironde, donde se enclava Burdeos) reclame el arranque de entre 10.000 y 15.000 hectáreas (sobre un 10% de su superficie), para equilibrar el mercado; debería hacernos reflexionar hacia dónde se dirige el futuro del sector.
Ya no solo es que producciones “commodity” como la nuestra, utilizada por los principales países comercializadores, entre los que destaca como número uno Francia, se vean fuertemente afectadas por situaciones de paralización económica y restricciones en el consumo de bienes, especialmente los no básicos. Sino que también los que presumen de ser los que mejor lo hacen en esto del vino, se enfrentan a una situación de falta de rentabilidad al ver como la cotización de su tonel de vino a granel (900 litros) cotiza por debajo de los 700 euros.
Así como sobre la forma más apropiada de defendernos ante estos ataques. Pues si, una parte importante del sector vitivinícola europeo defiende que la diferenciación es la única forma de salir airosos de esta situación; también los hay quienes defienden que, precisamente, de la mano del resto de productos agroalimentarios será posible hacer frente al acoso al que se nos somete por nuestro contenido alcohólico.