Hacia una normalidad de los fletes

A pesar de los momentos tan convulsos que vivimos, el sector vitivinícola español podríamos decir que se enfrenta a unos tiempos prósperos y llenos de grandes oportunidades.

Baste echarle un vistazo a las grandes cifras de la cosecha de cada uno de los países, o al volumen de nuestras exportaciones, en máximos históricos. Para poder intuir que la campaña debe sernos altamente favorable a nuestros intereses. Que no son otros que vender y hacerlo a un mejor precio.

El pero a toda esta situación lo encontramos en las condiciones en las que se está desarrollando el comercio internacional. Altamente sensible a la subida de los costes de transporte, así como a las dificultades con las que algunas bodegas se están encontrando en la disponibilidad de los contenedores con los que transportar las materias primas como mercancías.

Para poder averiguar cuál pueda ser la evolución de estos costes, podríamos tomar como referencia el Baltic Dry Index (BDI), un índice referenciado de hasta 20 de las rutas clave marítimas en régimen de fletamento de todo el mundo. Cuyo valor el, 12 de marzo de 2020 día antes a declararse la pandemia y el confinamiento era de 615, que alcanzó su nivel máximo el 8 de octubre de 2021 llegando a los 5647 y que actualmente se encuentra en los 2800 con una clara tendencia bajista.

Lamentablemente no podemos decir lo mismo de los diferentes combustibles (petróleo y gas) o electricidad, cuyos conflictos internacionales siguen utilizándolos como rehenes en sus presiones diplomáticas y para los que no se confía una normalización en el corto plazo.

De momento, sabemos que, excepción hecha del fuerte incremento que han experimentado los precios de todos los consumibles que emplean nuestras bodegas: etiquetas, vidrio, cartón, corcho, tapones sintéticos, madera, durmientes, depósitos… los problemas no han ido más allá de un fuerte incremento de los precios, sin que se haya producido un desabastecimiento, excepción hecha de aquellas partidas especiales o de fabricación propia para las que, aquí sí, en algunas ocasiones no es posible abastecerse.

Es de esperar que esta situación se normalice junto con el coste de los fletes marítimos, al fin y al cabo están fuertemente ligados y que para las primeras semanas del próximo año podamos estar hablando de una mayor normalidad.

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