Pretender encontrar en lo que nos está sucediendo algo positivo puede resultar un tanto complicado, especialmente cuando los resultados de las severas medidas adoptadas distan mucho de ser los que se preveían, o nos transmitía el Ejecutivo; y el desánimo y cansancio de las gentes viene a sumarse al temor de lo que nos vamos a encontrar cuando salgamos de esta.
Sabemos que ninguna de estas duras medidas está encaminada a evitar otro problema que no sea el del colapso de la Sanidad y, con él, la cruda decisión de tener que decidir quién tiene derecho al tratamiento con el que salvar su vida y quién no. Duras palabras, sin duda, pero que reflejan la triste realidad con la que nos está tocando vivir. El documento de recomendaciones UCI y Covid-19 que ha elaborado el Grupo de Trabajo de Bioética de la Sociedad Española de Medicina Intensiva, Crítica y Unidades Coronarias (Semicyuc) y cuyo contenido han consensuado con la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI), así lo especifica.
Solo con que cada uno de nosotros nos pusiéramos en la piel de ese facultativo que tiene que tomar esa decisión cuando nos sentimos agobiados por el confinamiento y dispuestos a saltárnoslo, sería suficiente para dar un paso atrás y asumir la realidad que nos está tocando vivir.
Bien distinta es la situación económica que todo esto nos dejará. Totalmente imprevisible, ya que, nunca en la historia nos hemos enfrentado a una situación así, ni tan siquiera lo vivido durante la II Guerra Mundial es comparable. Nos va a costar un inmenso número de empleos, la desaparición de muchas empresas y el endeudamiento de los Estados hasta niveles que nos obligarán a cuestionarnos el propio modelo económico de crecimiento.
Y, a pesar de todo, saldremos adelante, el sol volverá a brillar con fuerza y, poco a poco, avanzaremos individualmente y como sociedad.
Solo espero que cuando llegue el momento, los responsables de adoptar esas decisiones que supondrán un nuevo escenario bajo el que recuperar ese modelo productivo tengan la humildad y honestidad de mirar lo que cada uno de los individuos a los que van dirigidas esas políticas ha hecho y, dejando a un lado los intereses cortoplacistas de unas elecciones, estén dispuestos a sacrificar sus intereses propios en aras de la colectividad. Es decir, lo mismo que cada uno de nosotros les habremos demostrado haber hecho.
Los datos obtenidos por Gelt, tras analizar las compras en supermercados de toda España, reflejan que la composición de la cesta de la compra ha dado un vuelco en la última semana y el acopio de alimentos parece haber finalizado. Entre los productos cuyo consumo se incrementa más en la última semana está la cerveza (78%). Para Carlos Prieto, consejero delegado y cofundador de Gelt hemos “asumido y desdramatizado” este hecho y empezamos a gestionar nuestro consumo de forma más racional. Lo más positivo es que la semana pasada las compras de vino aumentaron un 42%, con cifras récord, y durante esta aún las mantiene.