En otro momento, la verdad, es que hubiésemos estado deseosos de que las vendimias pusieran su punto y final y dar por concluido el quebradero de cabeza en que se habían convertido para los enólogos. Afortunadamente, no es el caso de esta. El buen estado sanitario con el que han entrado los racimos en las bodegas, desde que tuvieran lugar las primeras labores de recogida hasta hoy, ha hecho que la cosecha 2019 se haya convertido en un año del que se esperan grandes cosas, enológicamente hablando, se entiende.
Nunca es fácil. Siempre hay cosas que retocar o mejorar para alcanzar ese nivel de calidad que esté cerca de lo que buscan los consumidores, pero, qué duda cabe, que años como este, en el que las lluvias han sido bastante escasas y sus consecuencias sobre el desarrollo de enfermedades criptogámicas, prácticamente nulas, proporcionan una excelente base sobre la que sentar grandes esperanzas.
Lo ideal hubiese sido que esta gran calidad se hubiese visto reflejada también en unos precios de las uvas que poco han variado con respecto a los del año anterior. Pero ya se sabe, primero vender y luego retribuir el fruto del que nace lo que se vende. Porque no ha sucedido lo mismo con los mostos, que han incrementado sus precios con respecto a los que se pagaron el año pasado y, de manera muy especial, con respecto a lo que cerraron la campaña los vinos. Cotización que, históricamente, ha servido de base para la fijación de los precios de las uvas y que, en esta campaña se ha visto superada ampliamente.
Resulta complicado, e inoportuno, intentar ir más allá de los hechos especulando con la evolución de las cotizaciones de los vinos nuevos, pero no hay que ser muy espabilado para saber que serán superiores a los del año pasado. ¿Cuánto? Eso ya sí que es especulación y prefiero dejarlo para los que se dedican a ello.
Nosotros, de momento, nos quedaremos con lo seguro, precios de las uvas estables o ligerísimamente superiores a los del año pasado (excepción hecha de las uvas para cava); cosecha en torno a un veinte por ciento inferior, una calidad excelente y un panorama internacional muy similar en el resto de los principales países productores.