A diferencia de otros años, podríamos decir que la vendimia va desarrollándose bajo un clima de gran tranquilidad. Superados los primeros momentos de fijación de precio para las uvas destinadas a la elaboración de cava, cuando las dos grandes firmas españolas, en manos de capital extranjero, hicieron saltar por los aires la política de compras que habían mantenido hasta ahora, rebajando sustancialmente los precios que estaban dispuestos a pagar por ellas. El temor, en aquellos momentos era que cundiera el ejemplo y los grandes compradores manchegos tomaran un camino parecido. Afortunadamente eso no fue así y los precios se mantuvieron en unos niveles muy similares a los del año anterior. Bueno para los viticultores, que, al disponer de un grado y medio, incluso dos más que el año pasado, compensaban una parte muy importante de la pérdida de kilos a los que se enfrentaban. Y una buena noticia también, para las bodegas, que contaban con una excelente calidad de uva para la elaboración de vinos y mostos.
Situación que tampoco ha tardado mucho en repercutirse en el mercado de los mostos, en el que sus cotizaciones presentan valores por encima de los del año pasado y, con ellas, han conseguido tirar del mercado de los vinos.
Si, además, consideramos que las previsiones de producción a nivel europeo se confirman y dispondremos de una cosecha que palíe en gran medida el exceso de existencias a los que nos debemos enfrentar esta campaña. Es fácil entender esa reactivación de los precios y asumible comprender que estas subidas no sean fruto de un calentón y vayan a consolidarse en las próximas semanas.
Que al final la cosecha española acabe siendo treinta y siete millones de hectolitros, como vaticinan desde la confederación de Cooperativas, o que acabe siendo ligeramente superior, hasta los treinta y nueve que barajamos nosotros; son dos millones de hectolitros que no nos llevan a ningún lado y que no tendrán ninguna importancia en los mercados.
Ahora, lo importante es ser capaces de ir encontrándoles salida a esos diferentes productos que pueden obtenerse del zumo de la uva, mostos, vinagres, vinos de mesa o con indicación de calidad. Lo importante es venderlos y, si es posible, a mejor precio que el año pasado.