En un mercado dominado por la paralización y en el que el paso de los días pesa como una losa sobre las esperanzas de los productores, que ven acercarse las vendimias con unas existencias de 45,3 millones de hectolitros (datos Infovi a 30 de abril) muy superiores a las del pasado año (23,1%), cualquier incidencia climatológica es analizada y difundida con mayor interés de lo que merece su importancia. Así tenemos que, a pesar de encontrarnos en una fase tan incipiente del viñedo como pueda ser la floración, organizaciones agrarias y diferentes colectivos se han apresurado a dar a conocer sus primeras estimaciones. Coincidiendo todas ellas, con independencia del lugar del que se trate, en que nunca se verá superado el volumen de la pasada campaña.
Es posible que en todo esto algo haya tenido que ver la ralentización que están viviendo nuestras exportaciones, sustento del mercado, y que con datos del primer trimestre se han visto reducidas con respecto al interanual un -10,5% en volumen, quedándose en 20,25 Mhl y un -0,9% en valor dejando el precio medio en 1,42 €/litro.
Siendo el bag in box (entre 2 y 10 litros) la única categoría que presenta cifras positivas, con un incremento del 33,2%. Aunque más destacable resulta el comportamiento de los vinos con indicación de variedad y añada, que crecen un 4,2% en la categoría de graneles de vino blanco. Especialmente cuando son los vinos sin indicación de calidad, ni añada los que peor parados salen con retrocesos del 14,8% en envasados y del 17,3% en graneles. Con preocupante caída en los vinos con D.O.P., que rompen con su habitual estabilidad y pierden el -10,6% en envasados y el -9,2% en graneles, siendo cava el único que presenta un crecimiento del 0,9%.
Situación que, en mi opinión, debería hacernos reflexionar sobre la importancia de la puesta en marcha de la nueva extensión de norma que está previsto entre en vigor el próximo 1 de agosto, encontrándose actualmente en estado de consulta pública, y que contempla no solo el mantenimiento de acciones para la promoción del sector en mercados interiores y exteriores, sino también acciones encaminadas hacia la vertebración sectorial, acciones de inteligencia económica y de estrategia sectorial hacia un entorno estable de los mercados que incluirían sistemas de autorregulación.