Estos últimos días, la noticia de que el jugador del Barça Andrés Iniesta ha decidido dejar el equipo que lo vio nacer y crecer como futbolista, para irse a China, ha ocupado las páginas de todos los periódicos. Los deportivos, por supuesto, pero incluso aquellos de información general o las revistas del corazón. Aquí y en todos los lugares del mundo. Y es que está claro que el balompié es un deporte de masas que entusiasma y mueve multitudes.
No sé si se notará que no soy muy aficionado a este deporte, por lo que ya pido disculpas por aquellas inexactitudes que pueda decir. Pero es evidente que esta noticia puede ser de gran relevancia para el sector vitivinícola español.
Y es que, por extraño que pueda parecer, el jugador manchego parece haber optado por pasar los últimos de años de su carrera futbolística en el país mandarín llevado por la gran oportunidad que ese mercado representa para sus vinos.
Aunque reconozco que no sé muy bien lo que esto puede llegar a suponer para el Barça o incluso la enorme legión de seguidores españoles que se ha ido ganando a lo largo de su carrera en toda España, especialmente con el gol que nos dio el único Mundial que tiene el país que presume de tener la liga más importante del mundo. Lo cierto es que estar activo, seguir en las primeras páginas de los diarios deportivos chinos por su notoriedad futbolística, ayudará mucho a incrementar la venta de sus vinos, los de la D.O.P. Manchuela a la que pertenece su bodega, y los de España por la extensión geográfica que le toca.
Sabemos, porque así lo recomiendan todos los expertos, que la mejor forma de recuperar el consumo de vino es desligándolo de los tradicionales y superados aspectos alimenticios y acercándolo al campo de las emociones y experiencias. Se han cansado de repetirnos que el mejor marketing debe ser el relacional y que la aparición de momentos de consumo relajados y hedonistas en series televisivas o películas de cine es casi la única oportunidad que tenemos, estos que nos dedicamos al sector vitivinícola, de acercarnos a los nuevos consumidores y romper esa barrera de entrada que impide una tasa de consumo más cercana a lo que sería lo normal. Al menos atendiendo a la que disfrutan aquellos otros países productores, o la que envidiablemente alcanzan los consumidores de países no productores.
Confiemos que se confirme esta noticia, y aunque lo siento mucho por los aficionados del Barça, sería una excelente noticia para todo el sector vitivinícola español.