Allá donde todavía no se habían generalizado las tareas de vendimia, lo han hecho en esta semana. Confirmando, de esta manera el adelanto entre diez y quince días en las fechas sobre las que lo hicieron el año pasado. Circunstancia que todo parece indicar se está convirtiendo en una consecuencia más de los efectos que sobre el viñedo está teniendo el cambio climático.
Pues si bien sigue habiendo quienes sostienen que estas alteraciones son normales y que no tienen porque considerarse como definitivas, cada vez son más los que defienden la teoría de que estos adelantos seguirán produciéndose en los años venideros.
Sequía y altas temperaturas han propiciado el anticipo en esta campaña pero, aunque es deseable que pasen y disfrutemos de un mayor régimen de lluvias y unas temperaturas que no batan todos los récords conocidos, sus efectos seguirán dejándose notar en el calendario.
Sobre sus consecuencias respecto a la calidad de la vendimia 2017, de momento, se mantiene la opinión generalizada de una uva muy sana a la entrada en bodega y bastante equilibrada en sus parámetros de azúcar y acidez.
Los que no están disfrutando de tanta estabilidad son los precios de las uvas, mostos y vinos, que cada semana reflejan el nerviosismo que impera en un sector cuyos datos concretos de entrada en bodega no solo confirman las mermas previstas, sino que ponen de manifiesto más bajos rendimientos.