¿Vamos en la dirección correcta?

Es bastante habitual entre los españoles que cuando hablamos de futuro se nos llene la boca y siempre lo hagamos pensando en grandes proyectos de excelente calidad y buen precio. Pero la verdad es que, a la hora de ponerlos en marcha, la realidad es bien distinta. Las circunstancias en las que debemos operar, nuestros propios recursos, o incluso el tipo de cliente al que nos dirigimos no siempre responden a ese nivel de excelencia al que todos aspiramos.

Sabemos que en el tema de la comercialización tenemos una asignatura pendiente, de la que depende buena parte de nuestro futuro. Y no porque sea lo normal que suceda, sino porque el precio al que se están pagando las uvas es tan sumamente bajo que, especialmente si lo que pretendemos es un sector profesionalizado y que se pueda vivir dignamente de la viticultura, es indispensable e improrrogable aumentar los ingresos de nuestros viticultores. Para ello solo caben dos posibilidades, o aumentamos el multiplicador de la cantidad o el del precio, pero para que el resultado alcance el valor mínimo necesario, solo hay esas dos alternativas.

Hasta ahora, la solución políticamente correcta ha sido la de acusar a las bodegas de posición dominante en el mercado y señalarlas como culpables de los bajos precios a los que se paga la uva. Lo que resulta totalmente incuestionable. Ahora bien, ¿es posible que vendiendo el tipo de producto que venden y a los precios a los que lo hacen, haya margen para pagar más caras las uvas?

Los balances de resultados publicados por el Instituto Nacional de Estadística dicen que nuestras bodegas trabajan con unos márgenes muy ajustados, por lo que parece lógico pensar que confiar en el aumento del coste que supone el pago de la uva por parte de las bodegas, resulte bastante complicado, siempre hablando en general.

Luego habrá que mirar hacia el factor de la cantidad como alternativa a la consecución de la profesionalización del sector.

Aumentar los rendimientos se ha demostrado que resulta totalmente viable. Se ha desmontado la creencia que se tenía de que en las condiciones bajo las que se cultiva la viña en España era imposible alcanzar rendimientos de doce mil kilos con unos niveles de calidad aceptables. Sí, es posible. Para ello hay que reestructurar el viñedo hacia otras variedades, dotarlo de recursos hídricos y trabajarlo convenientemente. Y así lo hemos entendido, a tenor de las inversiones que se han producido en estos últimos diez años en reestructuración y reconversión de viñedo.

Ahora bien, ¿lo estamos haciendo en la dirección correcta?

Pues no lo sé. Principalmente porque cuando alguien se juega su propio patrimonio en poner en marcha una empresa, yo no me considero capacitado para cuestionarlo. Y por si esto no fuera suficiente razón, porque cada uno debe elegir el camino que debe emprender y, afortunadamente, en el sector vitivinícola no es todo lo mismo. Caben muchas posibilidades que pasan por explotaciones más o menos productivas.

Lo que ya no me parece tan comprensible es lo que se hace con nuestros impuestos, de donde se nutren los fondos con los que han pagado las ayudas al abandono de viñedo y los fondos para la reestructuración y reconversión de los viñedos. Pagar por abandonar la producción para luego, en más casos de los deseables, volver a hacerlo al mismo viticultor por replantar la misma variedad que fue arrancada, eso sí multiplicando por tres o cuatro su producción, no parece muy lógico. Allá cada uno y cada administración.

Eso sí, al menos que nadie se lleve las manos a la cabeza cuando la campaña que viene, o la otra, o la de más allá, tengamos que estar hablando de los 50 Mhl como una producción ampliamente superada.

3 thoughts on “¿Vamos en la dirección correcta?

  1. ES EVIDENTE QUE NO VAMOS EN LA DIRECCIÓN CORRECTA CON DENOMINACIONES DE ORIGEN QUE NO GARANTIZAN UN VINO DEFINIDO, COMO SUCEDE CON LAS FRANCESAS E ITALIANAS. ESTO NO DA PRESTIGIO Y FUERZA A VENDER BARATO. YA VEMOS QUE SUCEDE CON EL CAVA.

  2. Leer los comentarios y análisis tan ponderados y avanzados, sicología, logística del mercadode vinos y exportaciones, mirando compasivo a los precios de uva al viicultor, pero reconociendo con datos verídicos las dificiultades de los bodegueros y empresas, me permite saludar después de tiempo con mucho respeto y justiprecio a Salvador Manjón. Acostumbrado aún a publicar en la prensa no me inhibo de opinar sobre el amanazante proteccionismo de D. Trump: su clave es crear empleo y que vuelvan las empesas a su pais. No creo en su monolitismo total. Del final Brexit Teresa la inglesa no la avilense, bastaría una real amenaza nazi o rusófila, para ver a Tresa sin brexit, soluciones hallarán los vinos. Putin tendrá q

  3. Leer los comentarios y análisis tan ponderados y avanzados, sicología, logística del mercadode vinos y exportaciones, mirando compasivo a los precios de uva al viicultor, pero reconociendo con datos verídicos las dificiultades de los bodegueros y empresas, me permite saludar después de tiempo con mucho respeto y justiprecio a Salvador Manjón. Acostumbrado aún a publicar en la prensa no me inhibo de opinar sobre el amanazante proteccionismo de D. Trump: su clave es crear empleo y que vuelvan las empesas a su pais. No creo en su monolitismo total. Del final Brexit Teresa la inglesa no la avilense, bastaría una real amenaza nazi o rusófila, para ver a Tresa sin brexit, soluciones hallarán los vinos. Putin tendrá que desabiruar no solo al tabaco sino a otras bebidas fuertes,y mantener importaciones de los vinos que no sabrá producir nunca allí como los carismáticos latinos.

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