De haber sucedido en otro momento, cosa bastante improbable dados los problemas con los que el Magrama se está encontrando en la puesta en funcionamiento del nuevo sistema de declaraciones, la noticia más importante de la semana hubiese sido la publicación de las declaraciones de existencias a inicio de la campaña 2016/17.
Por dos razones, la primera y principal por tratarse de una información de gran importancia para el sector de cara a fijar los precios de las uvas, y de ahí el de mostos y vinos. Y la segunda, y la más novedosa, por tratarse de la primera información proveniente del Sistema de Información de Mercados del Sector Vitivinícola (INFOVI) y que, en teoría, debería proporcionarnos una información ágil y actualizada (mensualmente) de la situación en la que se encuentran las existencias de vinos y mostos en bodega.
Sin quitarle ni un ápice de la importancia que tiene a este aspecto y que debería convertirse en una realidad que nos permitiera, esperemos que a partir de ya, tomarle el pulso al mercado con datos concretos, actualizados y fiables de existencias y utilizaciones; lo cierto es que resulta mucho más importante en estos momentos la cifra de 30.500.793 hl que corresponde a las existencias finales de la campaña 2015/16.
Comenzar la campaña con casi un nueve por ciento menos de existencias con respecto al año anterior es una buena noticia de cara a su comercialización. Hacerlo en un entorno de vendimia en el que la calidad del fruto es excelente y la cantidad apunta hacia un volumen muy similar al del año pasado, con cosechas en el resto de países productores a la baja, nos permite albergar la esperanza de una campaña tranquila.
Y en este sentido parecen estar actuando las bodegas con la fijación de los precios de las uvas en niveles prácticamente iguales a los del año pasado. Una mala noticia para aquellos que confiaban en que este alentador panorama tuviera su primer reflejo en cotizaciones algo superiores a las del año pasado. Pero coherente con aquellos que consideran que primero habrá que vender, conocer a qué precio se ha conseguido hacer y luego plantearse el margen que se pueda reflejar en los precios de las uvas.
Efectivamente, un criterio totalmente contrario a la cadena de valor del producto, pero que refleja con bastante claridad el escaso peso de la producción en el mercado. O, dicho de otra manera, el dominio prácticamente absoluto de la distribución.
Saludos Salvador,
Dices: «un criterio totalmente contrario a la cadena de valor del producto, pero que refleja con bastante claridad el escaso peso de la producción en el mercado. O, dicho de otra manera, el dominio prácticamente absoluto de la distribución.»
Lamentablemente tantas empresas no entienden la actividad económica como colaboración si no como enfrentamiento y ello pienso que va en contra de todas las partes
Mercadona ha dado un ejemplo ,en el sector de las grandes empresas con sus contratos a largo plazo que facilitan el desarrollo empresarial de las empresas -por cierto , un drama cuando la empresa que confía solo en ese potente distribuidor ve que le dejan de comprar- y le va bien , mientras una empresa como el grupo británico Tesco ha tenido tradicionalmente una política de ahogar económicamente a sus proveedores…y le va mal.
Siempre recomiendo el que las bodegas hablen de sus puntos de venta para crear complicidad y facilitar las ventas, ¿por qué no podrían hablar de us proveedores de uva y publicitar los precios que les pagan y su posible diferencia en positivo respecto de los precios de mercado así como las condiciones de trabajo y de calidad que exigen , como parte de su estrategia de darse a conocer-llamémosle marketing-?
Wines Inform Assessors