Visto lo visto, no nos debería sorprender mucho encontrarnos con que alguna extraña razón acabara provocando que se demorara algún tiempo más la publicación de la Extensión de Norma, que permita poner en funcionamiento la Organización Interprofesional del Vino Español (OIVE). Pero, de no ser así, el compromiso del Magrama es hacerlo en el plazo de menos de un mes. Lo que permitiría su aplicación de cara ya a la próxima campaña.
Sin duda, será una excelente noticia que habrá que ratificar con la Orden Ministerial que se publique en el correspondiente Boletín Oficial del Estado (BOE), pero que, en mi opinión, supone un paso de gigante para el desarrollo del sector.
Está claro que ni la OIVE, ni su Extensión de Norma, ni la contratación del personal que la haga realidad, ni las campañas que vayan a desarrollar… van a solucionar todos nuestros problemas. Entre otras cosas porque una buena parte de ellos se encuentran en nuestra propia forma de ser, que se extiende también a nuestra clase política y la forma que tienen que hacer las cosas. Pero, al menos, supone la respuesta a una necesidad. Como es que el sector aborde de forma conjunta los problemas más graves a los que debe enfrentarse, como son la información actualizada y transparente y la pérdida de consumo o las grandes dificultades con las que se incorporan al mismo las nuevas generaciones. Dos asuntos que figuran como objetivos prioritarios en el documento fundacional de la OIVE y que debemos confiar aborden desde el primer momento.
Superados algunos escollos de índole desconocida para mí (o que si me puedo imaginar prefiero no decir públicamente), el caso es que por fin parece que, con la colaboración necesaria del Ministerio (y la de alguna entidad de crédito que está dispuesta a participar para que su puesta en funcionamiento sea más ágil y eficiente), la OIVE comenzará a andar efectivamente. No sin antes modificar la representatividad de los socios fundadores, obligados por la incorporación de una nueva asociación que, como indican sus estatutos, ha demostrado más del 10% de representatividad de la rama profesional a la que pertenecen.
Así mismo, también parecen superados los primeros roces que surgieron con los Consejos Reguladores, los cuales se sintieron ninguneados en todo este proceso fundacional, y que parece que tras varias reuniones y su incorporación a la Comisión Consultiva, es ya una cuestión limada.
Y aunque ahora correspondería aquello de decir que superado lo más difícil ya solo queda comenzar a andar, casi mejor vayamos por partes y centrémonos en las modificaciones que deben firmar en los próximos días y la posterior publicación en el BOE. Ya tendremos tiempo de hablar sobre cómo funcionan, cuáles son sus primeros objetivos, qué proponen y cómo lo van a llevar a cabo.
Algunas de las DO no cumplen con su obligación de garantir un vino vinculado a su zona geográfica, conforme establece el reglamento 607/2009 de la Comunidad Europea…
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