Decir que todo lo sucedido el año anterior con las cotizaciones, existencias, solicitud de medidas excepcionales, etc. podía haberse evitado con una buena planificación de la campaña, basada en unas estadísticas fiables y disponibles para el conjunto del sector en los primeros momentos de iniciarse la vendimia, podría ser un tanto exagerado, especialmente porque si por algo se caracterizan los mercados es por su variabilidad e imprevisibilidad. Ahora bien, restarle toda la importancia y llegar a considerar que el sector debe planificar su campaña sin información sobre estimaciones de producción está muy alejado de lo que, en mi opinión, es lo deseable.
Y aunque no sería fácil de demostrar, creo que la experiencia de lo sucedido en la pasada campaña y la coincidencia (dos millones de hectolitros arriba o abajo) de las estimaciones publicadas por las diferentes organizaciones y administraciones; es precisamente lo que está permitiendo que transcurra esta campaña 2014/15 sin muchos problemas.
Lo que no justifica que el Magrama, a día de hoy, 17 de septiembre, solo haya publicado una sola estimación de cosecha referida al mes de junio, cuando muchos racimos todavía no habían ni enverado y las lluvias, o falta de ellas (que no sé qué es más transcendental), no se habían producido.
Y aunque soy capaz de reconocer que pueda tener una cierta obsesión con este asunto, que me lleva a exigir información a quién no tiene más obligación que la comprometida con sus socios que son las que lo sostienen; creo que las diferentes administraciones tienen la obligación de facilitar un mínimo de herramientas con las que permitir que cada uno de nuestros viticultores y bodegueros tomen sus propias decisiones. Y la información contenida en las estadísticas me parece una de las más básicas.
El pasado 12 de septiembre el Consejo de Ministros aprobaba el RD 774/2014 sobre la norma de comercialización del vino por el que se establece la base jurídica para llevar a cabo una destilación obligatoria a cargo de los propios productores cuando las circunstancias del mercado así lo hagan necesario. Que no su aplicación, que solo se producirá tras la resolución de la Dirección General de Producciones y Mercados Agrarios tras la reunión con las organizaciones representativas del sector y que está anunciada para este viernes 19.
Su eficacia está por verse, ya que no se ha aplicado nunca. Pero el mero hecho de que su simple anuncio de aplicación haya hecho que muchas bodegas que pedían a gritos la intervención del Estado, alegando que ellas eran incapaces de encontrar una solución que pusiera fin a la sangría que estaban sufriendo los precios, y hayan podido acabar la campaña con unas existencias que la consejera de Castilla-La Mancha (prácticamente única zona productora afectada por la medida) calificaba recientemente de “normales” y anunciaba que muy probablemente no sería necesaria tal destilación; es en sí misma una prueba de su eficiencia.
¿Qué en algún momento será necesaria acogerse a esta medida extraordinaria y, atendiendo a existencias en bodega y rendimientos, retirar del mercado una cantidad considerable de producción? Pues seguro que sí. Pero de momento hemos demostrado que el sector puede solucionar sus propios problemas; y que si hubiésemos confiado más en nosotros mismos y menos en que “papá Estado” viniera a solucionarnos el problema, mejor nos hubiera ido; y posiblemente menos hubieran bajado las cotizaciones de nuestros vinos. Y para que esto suceda es necesaria la anticipación que solo las estimaciones son capaces de ofrecer.