Confirmando el adelanto que las zonas más tempranas de España presentaban sobre las fechas en las que se generalizaron en el pasado año las vendimias, la incorporación de nuevas zonas no ha hecho sino ratificar este adelanto de entre dos y tres semanas. De esta forma, es posible hablar de unas vendimias que, prácticamente, ya son una realidad en todas las regiones vitícolas españolas.
Circunstancia que no parece estar afectando a ninguno de los parámetros que más importan, y que son los referidos a la cantidad y la calidad, pero también a los precios. Aspecto este último que, aunque puede que no sea en el que más divergencias se producen entre las informaciones que van conociéndose, es el que más preocupa y ocupa a bodegueros y organizaciones agrarias.
Pensar en precios “justos” sería una entelequia. Aspirar a que las diferencias existentes fueran asumidas por las partes, un logro solo alcanzado en contadas ocasiones. Encontrarnos con acusaciones cruzadas, amenazadas de protestas y anuncios de demandas ante los organismos competentes de la competencia por prácticas abusivas es lo que viene siendo habitual, y lo que nos estamos encontrando este año.
Coyuntura que tampoco parece que vaya a hacer cambiar de opinión a unos bodegueros que parecen dispuestos a mantenerse firmes en sus ofertas y a los que, da la sensación, importa muy poco el hecho de que les lleven o no las uvas; como si pensasen que hay suficiente producción como para no tener que preocuparse por comprar ahora o hacerlo en los próximos meses.
Lo que nos lleva directamente a ese otro parámetro, el de la cantidad, del que hablábamos; y que, sin más información que la propiamente recogida y elaborada por nosotros, situaría la cosecha en el entorno de los cuarenta y dos millones de hectolitros de ir normalmente las cosas; y que incluso podría llegar a los cuarenta y cinco, de darse las condiciones meteorológicas óptimas.
Hectolitros de una calidad que no está defraudando, ya que el fruto está llegando en unas condiciones muy buenas y los mostos respondiendo adecuadamente.
Más información: www.sevi.net
Mientras se sigan fabricando imitaciones de vinos franceses será difícil que el vino español gane prestigio y se pueda vender a un precio razonable.
Efectivamente hay que tener tu propia personalidad e imitando nunca es posible destacar. Quizá la cuestión está más en si plantar las variedades más demandadas mundialmente es copiar o adaptarse al mercado. Como tampoco podemos olvidar que con nuestra producción podemos elaborar (no fabricar) de todo y aún nos sobra.
That’s a sensible answer to a chennalgilg question