Si atendemos a lo estrictamente sucedido, no tenemos ni el más mínimo argumento para decir que las autoridades chinas van a relajar el expediente abierto contra la Unión Europea por prácticas consideras por los asiáticos como dumping y por las subvenciones que recibe el sector. Aunque haya acuerdo respecto a los paneles solares. Pues, solo por seguir el hilo al conflicto, hay que recordar que se hartaron de decir en su momento que nada tenían que ver paneles con vino, utilizando la gran diferencia del valor económico como principal argumento.
En cambio, si analizamos el asunto y consideramos la realidad de los hechos y su origen, podríamos llegar a pensar que en un breve periodo de tiempo será retirado el expediente contra el vino y que todo quedará reducido a un buen susto. Una seria advertencia de lo que nos puede suceder en cualquier momento y con algún otro país. Y, no olvidemos, el montante económico, nada desdeñable, al que las bodegas han tenido que hacer frente en este poco más de mes de conflicto, debiéndose presentar como empresas colaboradoras y rellenando interminables formularios en un perfecto mandarín.
Pero más valdría así. Primero, porque, como dicen los abogados, más vale un mal acuerdo que un buen pleito. Y segundo, porque reducirá sensiblemente los costes a los que tendrán que hacer frente las bodegas, permitirá mantener un mercado que es considerado estratégico para muchas de ellas y, lo que es mucho más importante, porque permitirá seguir conservando en secreto la cadena de valor de sus elaborados y que, para entendernos mejor, sería tanto como tener que desvelar la fórmula de la Coca-Cola, ya que en ella se encuentra la clave de la competitividad de las bodegas.
¿Ha acabado aquí el problema? Parece evidente que no. Entre otras cosas porque el expediente todavía no ha sido retirado, resuelto, o cualquiera que sea la fórmula que se adopte. Pero, sobre todo, porque esa amenaza seguirá pendiente de nuestras cabezas en tanto en cuanto existan ayudas a la producción, o algunas bodegas vendan a precios tan competitivos que incluso puedan hacer pensar que son más bajos que en el mercado interior (dumping).
Y como una cosa lleva a la otra, habrá que seguir pensando en la próxima vendimia e insistiendo sobre lo que ya adelantábamos como una previsión de cosecha la pasada semana y que se ha visto corroborada por la estimación publicada por la Confederación de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, al cifrar en 22 millones de hectolitros la cosecha más probable de 2013. Así, aplicando esa regla no escrita que dice que Castilla-La Mancha produce la mitad de la producción de toda España, nos lleva a movernos en los alrededores de los cuarenta y cinco millones de hectolitros a nivel nacional. Ahora a ver cómo reaccionan los mercados y las bandas de precio de las primeras partidas de uva.