Hasta ahora, el asunto de China cabía la posibilidad de que se tratara de una mera rabieta ante la reacción de la Unión Europea, más exactamente por la presión ejercida por Alemania para aumentar las cargas a las placas solares provenientes del gigante asiático. Lamentablemente, desde el 1 de julio, esas amenazas se han convertido en una realidad con el anuncio a la Delegación de la Unión Europea del inicio oficial de las investigaciones anti-dumping y anti-subvención contra los vinos comunitarios.
Cuestión nada desdeñable. No tanto por lo que pueda suponer el volumen exportado por España a ese país asiático, que durante el pasado año fue de 691.974 hectolitros, apenas un 3,4% del total exportado, y que en los primeros cuatro meses de 2013 apenas si supera los ciento sesenta y dos mil hectolitros, con una caída sobre el mismo periodo del año anterior del 36,1%, según información publicada por La Semana Vitivinícola. Como por lo que pudiera representar en el conjunto de la Unión Europea, especialmente en países como Francia con un volumen exportado en 2012 de 1,4 millones de hectolitros o Italia con trescientos veinticinco mil hectolitros; de los que una buena parte de ese vino es de origen español.
Tampoco es poca cosa el esfuerzo administrativo y económico que esta batalla va a suponerle a las empresas y operadores que exportan, que deberán registrarse como partes interesadas y demostrar su voluntad de cooperar, cumplimentando y enviando una serie de formularios, en chino y contando con un representante legal. Sin olvidar los cuantiosos emolumentos que los despachos de abogados pasarán a las bodegas y operadores implicados. Medidas preventivas todas ellas ante la posibilidad de que acaben siendo condenadas y se les impongan tasas más elevadas. Iniciativa que ha comandado la FEV
Esto supone un torpedo en toda la línea de flotación del modelo vitivinícola europeo y al que la recién aprobada PAC ha dado su visto bueno para los próximos siete años. Cuestión que nos debería servir para hacernos reflexionar sobre posible planes 2020 y el modelo europeo al que deberemos ir en un mercado internacional cada vez más abierto.