Como no podía ser de otra manera, el tema de esta semana debe hacer referencia a la presentación que el pasado lunes tuvo lugar en la sede del Consejo Regulador de la D.O.P. Valencia, y que tuvo como foco de atención la Guía de Vinos y Aceites 2013 de La Semana Vitivinícola.
Y digo que no podía ser de otra manera, porque la editamos nosotros, pero sobre todo por el gran poder de convocatoria que tuvimos con más de trescientas personas relacionadas con el mundo vitivinícola en todas sus vertientes, y las buenas sensaciones que se generaron entre los allí presentes.
La importancia no es tanta porque sea un producto “SeVi”, elaborado bajo la misma filosofía que nos lleva acompañando desde 1945 de servicio al sector; como por lo que de herramienta para los profesionales representa de cara a mejorar la comercialización de nuestros vinos.
Asistimos a la campaña oficial (por aquello de estar cofinanciada con fondos públicos) de “Quien sabe beber, sabe vivir”, dirigida a informar al consumidor sobre el consumo moderado de vino. Pero curiosamente el reglamento comunitario por el que es posible esa cofinanciación nos deja fuera a aquellos medios que hemos venido apoyando al sector y defendido que el consumo de vino “solo” puede entenderse como un consumo responsable, inteligente y moderado; llevado desde la educación y la formación.
Con actos como el que celebramos el lunes y desde un medio del sector, creemos que la educación del consumidor y la cultura es posible y ayuda a acercarnos a un mercado interno despreciado por muchas bodegas que han señalado a la exportación como el único objetivo capaz de hacer rentable su cuenta de resultados.
Muy posiblemente sea verdad. Muy probablemente la exportación sea la única forma que ahora mismo tienen nuestras bodegas de hacer rentables sus negocios y poder seguir adelante. Pero el consumidor de proximidad está ahí. Es el que les ha hecho posible y no sería justo despreciarlo ahora porque sus cambios en los hábitos alimenticios, percepción del vino, o recursos económicos han cambiado. Merece más y nosotros, mientras podamos, fieles a nuestras convicciones, lo defenderemos y seguiremos llamando la atención sobre la conciencia de quien haga falta por apoyarlo. Sin olvidar que quien tiene la capacidad, y la obligación, de acercarse al mercado es la producción, que el consumidor “solo” debe ser el objeto de sus campañas de formación e información, pero nunca su problema o pesadilla.