Como parece que en estas últimas semanas no hay tema en el que no se cuele Estados Unidos y, aprovechando que han sido publicados por el Departamento de Inteligencia Económica de la Organización Interprofesional del Vino de España (OIVE) los datos de exportación de diciembre, con los que hemos cerrado el año 2024. Empezaremos diciendo que el efecto de la mera amenaza por parte de Trump (no había tomado todavía posesión del cargo) de nuevos aranceles al vino europeo ha tenido consecuencias positivas. De hecho, lo que ha provocado, ha sido un aumento en el valor exportado a este mercado del 22,12%, con respecto al mismo mes del año anterior, y del 27,15% en el volumen. Siendo la categoría que más ha variado, la de vino sin D.O.P. Pues el envasado es el que más crece, con nada menos que un 109,37% su volumen y un 89,94% el valor. Mientras que el granel sin D.O.P. es la que más disminuye, con un 9,69% y un 19,56% en valor. Habrá que estar pendiente con lo que haya sucedido en enero, febrero, mes en el que ya había comenzado su frenética firma de órdenes presidenciales y anuncios amenazantes a los acuerdos comerciales; y marzo, cuando anunció que aplicará aranceles para todos los productos agrícolas a partir del 2 de abril.
En términos generales, podríamos decir que no ha sido un mal año. Ya que 2024 cerró con un incremento del 1,6% en volumen y del 3,5% en valor en el total de productos vitivinícolas. Siendo de destacar que han sido los mostos los que nos han salvado los papeles. Pues gracias a su fuerte incremento del 24,3% y 18,0% respectivamente; se ha podido compensar la reducción del 5% del volumen que han sufrido los vinos en volumen y el apenas 1,4% en el que ha crecido en valor.
Por categorías, han sido los vinos de licor los que más han sufrido, con una pérdida del 18,2% de su volumen, seguidos de los espumosos que descienden un 9’1%; mientras que los vinos tranquilos lo hacen un 4,5% y, dentro de estos, los envasados con D.O.P. un 1,9%. En cuanto al valor, si bien los vinos de licor han facturado un 6,3% menos que el año anterior, el resto de categorías han conseguido elevarla: un 1,1% los espumosos, porcentaje similar al 1,5% de los vinos tranquilos y muy por encima de la apenas una décima en la que lo han hecho los vinos tranquilos con D.O.P. envasados.
Menos alentadoras son las noticias que nos llegan desde Europa, donde se ha dado a conocer el Plan Europeo de Lucha contra el Cáncer, en el que se enumeran diversas propuestas para reducir el consumo de alcohol. Entre ellas el aumento de los impuestos sobre las bebidas alcohólicas, la introducción de advertencias sanitarias en las etiquetas, la limitación de los anuncios publicitarios y el incremento de los impuestos transfronterizos. Que se uniría al interés mostrado por nuestra Ministra de Sanidad por impedirnos utilizar las menciones “consumo moderado” y “consumo responsable” …
Batalla que viene de lejos, como así vienen advirtiéndonos con cierta insistencia desde las diferentes organizaciones sectoriales y que podríamos decir es una ola mundial que amenaza, con escasas posibilidades de evitarla, por acabar engulléndonos.
Sus efectos sobre el consumo y las derivadas que esto pudiera arrastrar sobre superficie, población, impacto medioambiental y tejido productivo es algo que no parece preocupar lo más mínimo a los gestores y a los que tendremos que ir acomodándonos.