A pesar de la buena evolución que están teniendo las vendimias, con acontecimientos meteorológicos que, al margen de lo espectaculares que pudieran haber resultado en algunos puntos y momentos muy concretos, parece que su contribución a la cosecha será más positiva que negativa…
De unas producciones sobre las que, a nivel general, podríamos decir que ya está todo decidido y que su margen de variación, con respecto a los datos definitivos que acabemos teniendo, serán testimoniales: no más de dos millones arriba o abajo sobre los 35 millones en los que podríamos situar el centro de su horquilla…
O de unas declaraciones de producción, a través del Infovi, que nos han permitido conocer con exactitud cuál es el volumen de vino con el que iniciamos la campaña 2023/24, así como cuál ha sido la marcha del mercado en lo relativo a la colocación de los diferentes tipos productos y colores de vinos…
O, precisamente por todo ello, que también podría ser.
El caso es que el mercado no reacciona. Los precios de los mostos se mantienen en los niveles del año pasado, los de las uvas ligeramente a la baja para las tintas y estables o tímidamente hacia arriba en las blancas. Las variaciones son muy tímidas, más fruto de la convicción que tienen todas las partes de que el margen de maniobra para cambiar las cosas, al menos en esta campaña, es muy reducido; que de un análisis de los datos disponibles.
Con la información facilitada por el Infovi a 31 de julio, fin de campaña 22/23, las existencias globales de vino y mosto apenas son novecientos mil hectolitros mayores a las de un año antes. Trescientos mil si nos referimos sólo a vino. Pero es que, si nos vamos a esos datos por colores, las existencias de blancos apenas son noventa mil hectolitros mayores al stock con el que se inició 2022/23; mientras que las de tintos llegan hasta los doscientos diez mil. Eso apenas supone un 0’75% y un 0’91% de aumento respectivamente.
¿Justifica esto lo que está sucediendo con los precios?
Algo más clarificadora resulta la información de las exportaciones, donde, con datos del primer semestre, el volumen de blancos aumenta un 3’1% en exportación, mientras que el de los tintos y rosados cae un 2’6%. Aunque, también en este caso estemos hablando de volúmenes muy reducidos que, de ninguna manera, justificarían la situación del mercado.