Aunque todavía es pronto para disponer de datos concretos que cuantifiquen esta situación, todo parece indicar que la actividad comercial, tanto de vinos como de mostos, se ha relajado con respecto a las primeras semanas de campaña. Quizás porque las operaciones destinadas a hacerse con aquellas partidas “especiales”, imprescindibles para los bodegueros o importadores, ya se han realizado. Quizás porque los precios ya han alcanzado un nivel que consideran estable, por lo que no ven necesario abastecerse de un producto que encontrarán, cuando lo requieran sus ventas, al mismo precio. Quizás, porque prefieren mantener la prudencia hasta conocer cuál es con exactitud el volumen de las cosechas. Quizás, porque los importadores ya han calentado lo suficiente el mercado situando los precios en la horquilla que les permitan hacer competitivos los de sus países de origen.
El caso es que el mercado ha frenado bastante su dinamismo, devolviendo la nominalidad a sus cotizaciones y sembrando una tímida preocupación entre unos operadores que no acaban de entender cómo es posible que ante una de las cosechas históricamente más cortas en la Unión Europea no haya una mayor actividad.
La propia Comisión Europea cuantificaba el pasado 13 de octubre su estimación de cosecha en 147,7 millones de hectolitros, 22,9 Mhl menos de los 170,6 del año anterior, con una merma del 13,4%. Solo la cosecha del 2017/18 con 144,02 Mhl se sitúa por debajo en el presente siglo.
Por países, Italia se pondría a la cabeza con 44,55 Mhl, España con 39 Mhl (de los que cuatro serían de mosto, convirtiéndose en prácticamente el único país que elaboraría este producto) le usurparía el segundo puesto a Francia, que apenas sí produciría 33,33 millones, frente los 45,79 del año anterior; mientras que Alemania y Portugal conseguirían mayores producciones, 8,76 y 6,472 millones de hectolitros respectivamente; al igual que Rumanía (5,26) y Hungría (3,12), ya que el resto de países que dispondrán de un volumen superior al obtenido el año anterior: Bulgaria, Rep. Checa, Luxemburgo, Malta, Países Bajos y Polonia, apenas sumarían entre todos 1,66 millones de hectolitros.
De toda esta producción, 67,66 estarían bajo el sello de calidad de alguna de las denominaciones de origen europeas; 29,17 Mhl serían de vinos de la tierra (I.G.P.); 8,59 bajo la categoría de variedad y añada; y 29,73 Mhl se elaborarían sin ninguna de estas indicaciones (lo que se conocía como vino de mesa), para que en el epígrafe de otros vinos se elaborasen 8,51 Mhl.