Aunque todavía son muchas las cosas que tienen que suceder en esta campaña y noticias que publicar relacionadas con las vendimias, su producción, precios y calidades, lo bien cierto es que, a diferencia de temporadas anteriores, la cosas han transcurrido con cierta tranquilidad.
Las estimaciones han ido todas (con sus más y sus menos naturales) en la misma línea, situándose entre los treinta y ocho y los cuarenta millones de hectolitros. Los precios de las uvas han recuperado un poco su valor, insuficientemente, claro, para situarlos en la franja de la rentabilidad, pero que al menos han servido para compensar la pérdida de producción allá donde mayor ha sido, caso de Castilla-La Mancha.
Incluso el errático y extraño comportamiento de los mostos, con cotizaciones que se situaron por encima de las que corresponderían a los marcados por las uvas, se ha mantenido en una línea bastante estable a lo largo de las semanas.
Sin duda, una vendimia 2021 bastante tranquila para lo que cabría esperar, con un descenso tan pronunciado de la producción y unas circunstancias tan extrañas del mercado interno y su consumo.
Aunque, quizá, ahí sea donde encontremos la explicación a todo lo sucedido. Precisamente en esas circunstancias tan extrañas, que han hecho que la prudencia y la consciencia de una situación extraordinaria de los mercados nos hayan dotado de una mayor percepción de las enormes dificultades para alterar más las cosas.
Tampoco ha sido ajeno a toda esta coyuntura lo sucedido con nuestras exportaciones, con un buen comportamiento en los últimos meses de la campaña anterior que ha permitido aliviar la presión que ejercen las abultadas existencias en las bodegas y favorecido la realización de operaciones de tanteo en las primeras semanas de la presente campaña 21/22.
Y digo de tanteo, porque como ha venido sucediendo en ocasiones similares de bajas producciones en esos países de destino, sus operadores “calientan” el mercado con contratos que elevan los precios y animan las expectativas de los productores hasta conseguir que los suyos no resulten tan poco competitivos y, una vez conseguido, frenan sus operaciones de manera brusca.