Se hacen públicas las primeras cotizaciones del precio de las uvas para la campaña 2016/17 y con ellas se consolidan algunas de las previsiones sobre la nueva cosecha que se venían barajando. No hay duda de que el mejor indicador para darle credibilidad a una estimación es el nivel de precios. Y siguiendo esa regla podríamos decir que la cantidad de producción de esta campaña va estar muy cerca de la obtenida el pasado año.
Las declaraciones de unos y otros insisten una y otra vez en destacar la máxima prudencia que exigen estos vaticinios, especialmente en estas fechas, cuando muchas comarcas no han iniciado todavía las tareas de vendimias y en otras todavía el envero se encuentra sin finalizar. Pero el hecho de que una de las grandes bodegas de Castilla-La Mancha, como Félix Solís, haya decidido abrir con los mismos precios que la campaña pasada hace pensar que su estimación de cosecha estará muy próxima a los cuarenta y tres millones del año pasado a nivel nacional y los veintitrés en esta región.
Entrar en valoraciones sobre lo acertado o no de esa decisión está lejos de nuestra competencia, si acaso resaltar que no parecen haber considerado las estimaciones del resto de países productores y sus posibles consecuencias sobre los precios de los mostos y vinos de esta campaña.
Apostar por la continuidad en los precios de las uvas debería, en buena lógica, llevarnos a precios muy similares a los que tenemos en estos momentos en vinos y mostos.
Lo que sí parece claro es que no están dispuestos a cometer errores del pasado, cuando los precios de las uvas y los mostos oscilaban de manera desproporcionada en función de dimes y diretes que no hacían sino favorecer la labor de especuladores.