Al leer que la Conferencia Española de Consejos Reguladores Vitivinícolas (CECRV) ha puesto en marcha una campaña que bajo el nombre “Movimiento Vino D.O.” pretende revitalizar el consumo de vino entre los jóvenes; o que el consejero de Agricultura de Castilla-La Mancha, Francisco Martínez-Arroyo, apostará por el fomento de la cultura del vino, reconociéndola como prioritaria para poder valorizarlo; confieso que me invade una extraña sensación.
Por un lado, me satisface, enormemente, ver cómo desde organizaciones que, a mi juicio, son altamente representativas del sector vitivinícola español, coinciden con mi empecinamiento en la defensa de la cultura vinícola como vía irrenunciable para poder dar valor a nuestros vinos y salir de esta especie de maligna espiral en la que nos hemos involucrado. Convirtiéndonos en los suministradores de producto bueno y barato en los mercados internacionales.
Al mismo tiempo que renunciábamos a un mercado interior, ante los grandes esfuerzos que exigía nuestra adaptación a los nuevos hábitos de consumo y la superación de las numerosas muestras de desprecio que desde la producción se habían cometido con distribución y consumidores.
Claro que también los hay que, sin negar la importancia que el mercado interior debería tener en las campañas de comunicación y marketing de nuestras bodegas y organizaciones, lo consideran completamente insuficiente para para equilibrar una producción que solo en la exportación ha encontrado la colocación del producto en volumen suficiente.
No hay duda de que uno de los objetivos de nuestro sector para los próximos años debe ser el de proporcionar unos precios rentables a todos los componentes de la cadena de valor. O que esto no puede venir solo del mercado exterior o interior; y que solamente desde el análisis de la situación y toma de decisiones de manera conjunta será posible conseguirlo.
Recuperar siete millones de hectolitros en el mercado interior puede calificarse de utópico, irrealista si además pretendemos hacerlo mediante un consumo diario/cotidiano de vino. Pero soñar con que esos mismos siete millones de hectolitros, de los once y medio que exportamos a granel, sin indicación de origen o variedad y a un precio medio de 0,33 €/litro los vamos a convertir en vinos envasados o, aún sin serlo, elevar su precio hasta el euro por litro, no es menos ensoñación.
Está bien claro que la solución no pasa por uno u otro mercado, más bien por los tres, ya que a estos hay que añadir uno que cada día va adquiriendo más peso y está llamado a seguir haciéndolo. Me refiero al canal de venta directa, bien en bodega o vía internet. Y aunque cada vez las iniciativas que adoptan las bodegas de manera individual tienen más peso, las campañas colectivas siguen siendo imprescindibles y tanto la armonización de la recaudación de los fondos con los que llevarlas a cabo, como su realización, son más necesarios que nunca
Saludos Salvador,
Son muchos los aspectos que planteas en este artículo y que merecerían desarrollarse individualmente.
Comento rápidamente alguno de ellos:
«…ha puesto en marcha una campaña que bajo el nombre “Movimiento Vino D.O.” pretende revitalizar el consumo de vino entre los jóvenes…» ..Decir que no confío en las campañas de publicidad pagadas con dinero público ni como ciudadano me parece adecuado usar mis impuestos para estos fines. Suelen llevar a ningún resultado en sus objetivos y si suponen ingresos fácies no justificados para quienes tienen la «suerte» de beneficiarse de las ayudas o contratos.
«…Convirtiéndonos en los suministradores de producto bueno y barato en los mercados internacionales…» Hay un cierto tipo de compradores/importadores que obcecados en el producto barato por supuesto no lo unennn a la calidad…y no todo el vino es bueno. Así que yo diría que nos convertimnos en proveedores de vino barato, sin más.
«…Al mismo tiempo que renunciábamos a un mercado interior, ante los grandes esfuerzos que exigía nuestra adaptación a los nuevos hábitos de consumo y la superación de las numerosas muestras de desprecio que desde la producción se habían cometido con distribución y consumidores…» No creo que la mayoría de bodegas hayan renunciado al mercado interior, a pesar de un cierto ambiente de ideas preconcebidas de que hay que exportar. Pienso que una buena actitud exportadora es considerar el mercado de una empresa el mundo y aplicar los mismos criterios de calidad y precio que en el mercado interior.
«…Recuperar siete millones de hectolitros en el mercado interior puede calificarse de utópico, irrealista si además pretendemos hacerlo mediante un consumo diario/cotidiano de vino…» Pues precisamente es lo que hay que hacer. Precios justos y ajustados, explicar el trabajo de las empresas y ¡las personas! y pensar en el consumidor. No creerse el mantra de que un vino de 8 euros es un vino para cada dia y que un vino de 35 euros tiene una relación ajustada calidad/precio, ideas que he oido recientemente.
«…canal de venta directa, bien en bodega o vía internet…» Pienso que no es la solución para vender vino, más bien para promocionar la empresa. ¿Pero que pasa cuando me gusta el vino y no lo encuentro en mi zona? Si me gusta mucho quizás recurra a internet y a la tienda de la bodega, pero las bodegas tienen un arma fácil, generadora de empresa y de marca que es dejar de pensar que su empresa se acaba en la puerta de la bodega y proporcionar relaciones detalladas de puntos de venta y consumo de sus productos -tema que de tan evidente se hace incomprensible la falta de respuesta de las empresas que he podido constatar en mi actividad dentro del sector del vino.
Saludos de nuevo y gracias por tu trabajo.
Lo que ha causado confusión y aburrimiento a los jóvenes y no tan jóvenes es el exceso de vinos sin personalidad que se producen en España. Dentro y fuera de España los que tienen éxito son los que tienen identidad, como son los de Rioja, Ribera del Duero y Priorato.
Hoy por a comentar como cooperativista y viticultura .Necesitamos organizarmos con nuestros vinos ,que significa esto en el caso de las cooperativas yo lo he visto medianamente claro :la cooperativa necesita hacer nuevos vinos ,ademas de reservas y crianzas .Pero lo primero que necesitamos las cooperativas de la ribera del duero es sacar nuestros graneles a una cooperativa de comercializacion interribera de duero donde todas las cooperativas del la zona lleven sus graneles y se puedan embotellar como claretes , tinto del año , robles , a un precio estable y alli se embotellen, etiqueten y salgan a un mercado que podemos definir luego «nacional o internacional» ribera de duero -que puede ser :alejandro . monte pinadillo- carmelo rodero-hermanos pascuas -,mmonte del conde -.
Una cooperativa de comercializacion de vinos en todas nuestras D.O SERÍA MUY inteligente para contener a todos estos agentes que han visto en el vino una manera de marear al viticultor para que deje su cooperativa y se lo venda a el que se lo va a pagar más y a las cooperativas que se sienten desamparadas por enologos que hacen vinos muy tradicionales y no avanzan con los gustos de la gente joven pero que no apuentan por el reserva sino por un dinero rapido de las ventas a granel de los cuatro grandes distribuidores que tiran el precio previo acuerdo explicito entre ellos .Para recuperar el mercado nacional debemos recuperar nuestra identidad e ir con los tiempos .Me refiero que tenemos que dejar de tener miedo a estos distribuedores de chaquet,hagamos vinos que nos gusten no todoslos riberas son iguales verdad?demostremoselo.HAGAMOSNO RESPETAR ENTRE nosotros .defendamos al viticultor , ayudemos ,organizemos , aupemos ideas .
Aunque haya una cooperativa de comerciallizacion ,la marca propia de los ribera de duero no se vería afrectada .
busquemos financiacion.es mi idea. chelo revenga