Antes de que sea demasiado tarde, convendría reflexionar sobre la buena evolución de nuestras exportaciones y las razones que las justifican. Tampoco estaría mal recordar lo sucedido cuando pensamos que podíamos subir los precios de nuestros vinos y que nuestras ventas no se iban a ver afectadas, o cuando al contrario, las mantuvimos en niveles habituales. Incluso fijar la mirada en los objetivos que se ha marcado el sector a corto y medio plazo con la Interprofesional sobre la recuperación del consumo interno, o la disposición de una información sobre disponibilidades en bodega actualizada y pública.
Son cuestiones todas ellas, junto con la implantación de los contratos obligatorios y el pago a 30 días, que han supuesto, y deberán seguir haciéndolo, un cambio muy profundo en nuestro sector. Aprovecharlo y que todos vayamos en la misma dirección, solo depende de nosotros.
De momento, de los precios de las uvas no se puede decir que hayan aumentado mucho, pues si le quitamos las zonas donde han repetido las cotizaciones del año pasado, aquellas otras en las que los grandes cambios solo han afectado a variedades residuales, y consideramos los incrementos (pérdida no ha existido en ninguna zona, ni variedad) para las más representativas; podríamos concluir que el incremento no justificaría variaciones sustanciales en los vinos.
La cosecha, el otro gran caballo de batalla, está por ver lo que acaba siendo, pues las previsiones anteriores al periodo estival se fueron al garete y las nuevas, aunque bastante ajustadas y coincidentes entre ellas, presentan volúmenes ligerísimamente inferiores en muestra de racimos, pero está todavía por ver lo que acabe afectando a su transformación en vino. Pues al tamaño más reducido de los racimos se une el de unas uvas llamativamente pequeñas pero de una sanidad impresionante.
Tampoco nuestros principales compradores: Francia, Italia o Portugal, barajan estimaciones de cosecha que haga presumir grandes diferencias en sus necesidades con respecto a las que nos han llevado a alcanzar cifras récord en nuestras ventas.
Si además consideramos que las operaciones de especulación pueden tener sus días contados gracias a la información que las declaraciones mensuales que deberán realizar las bodegas sobre sus disponibilidades, el panorama no puede ser más esperanzador.
¿Lo vamos a saber aprovechar para consolidar mercados y avanzar en la valorización de nuestros vinos? Esa es una gran incógnita que solo cada una de las bodegas y cooperativas tienen en su mano responder y, así, definir lo que quieren ser en los próximos años.
Según noticia publicada por LE FIGARO, Prosecco aumentó su venta en Gran Bretaña un 78,8% y esto no ha sido a costa del Champagne ya que su venta solo cayó un 0,4% sino del Cava. Seguramente Italia aumentará sus compras de vino a granel a España ya que le resulta más barato que producirlo…