Estar ahí para contarlo

Vayan por delante nuestros mejores deseos para el recién estrenado 2024. Todo el equipo SeVi iniciamos el año renovando nuestro compromiso con la información bajo el firme convencimiento de que sólo desde la rigurosidad y actualidad de la información es posible el consumo moderado y con criterio que requiere el Vino.

Aunque no son muy diferentes los retos a los que nos enfrentamos de los que lo eran el año pasado, o el otro (o el de hace veinte), sí es cierto que el mundo en el que nos tocará desenvolvernos presenta importantes acontecimientos que están marcando el comportamiento del consumidor y, con él, el desarrollo del negocio vitivinícola.

Ni es la primera vez, ni muy probablemente será la última, en la que nos refiramos a conflictos bélicos, la subida de tipos, la inflación… como los causantes de una disminución en la renta disponible de los consumidores que les ha obligado a mostrarse más cautelosos en sus gastos.

El auge de gobiernos populistas con políticas proteccionistas, el ataque frontal al alcohol y el señalamiento del vino como objeto de deseo en el que centrar su cruzada.

Los efectos del cambio climático y sus graves consecuencias en la producción o problemas logísticos que han ocasionado la elevación de unos costes de producción que hay que trasladar, irremediablemente, al precio de la botella ante el escaso margen para poder absorberlo.

Incluso otros más relacionados con cambios en los hábitos sociales respectivos a los momentos y formas en los que tiene lugar el consumo de Vino.

Y, aun así, podemos afirmar, con total seguridad, que saldremos adelante y que el sector vitivinícola sabrá amoldarse a todas estas nuevas circunstancias.

La duda está en saber cuán profundas serán las heridas que dejen en el consumo, el calado de las medidas que a título sectorial cada uno de los colectivos deberá adoptar y, lo más importante, cuál la capacidad que, individualmente, tenga cada uno para adaptarse.

Las estadísticas de consumo, tanto a nivel nacional como mundiales, demuestran que se está produciendo un cambio. Las de producción, lo mismo. Los políticos se enfrentan a constantes campañas electorales donde sostenibilidad (medioambiental, social y económica) y salud (consumo de alcohol) resultan temas muy horizontales y extraordinariamente atractivos con los que aspirar a granjearse la atención de determinados colectivos. El propio modelo de categorización de los vinos con las menciones tradicionales y figuras de calidad se está viendo afectado.

Todo esto provocará cambios en el cultivo del viñedo. En la elaboración de nuevos tipos de vinos. En su presentación con materiales y envases dirigidos a otros consumidores. En la propia comunicación con mensajes y medios en los que hacerlos diferentes.

Lo que obligará a todas las organizaciones a tomar medidas de manera colectiva para conseguir alcanzar esas necesarias sinergias.

Y nosotros intentaremos estar ahí para contárselo.

Feliz 2024

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